En la noche del 24 de Diciembre fuimos a un country club que se llama Secunderabad Club (SC), el club mas exclusivo en la ciudad, donde toma meses de investigación de antecedentes y enlaces sociales para hacerse miembro, donde solo la crème de la crème de Hyderabad puede socializar, y de donde yo no soy miembro. Así que mi amiga Meera, que ha sido miembro por 40 años, muy amablemente nos dio dos de sus tickets para la cena anual de Navidad que se organiza en el club. Además de Meera, N, y yo, nos iban a acompañar la hija de Meera y su novio, John, un Irlandés súper Irlandés: altísimo, rubio, blanquísimo, es decir un lunar en medio de todo el resto de gente Hindú que en general son oscuritos y bajitos.
El día anterior al evento Meera nos indicó que el dress code era formal, lo que a entendimiento general significa que los hombres debían vestir terno y corbata, o su equivalente en ropa Hindú que se llama Sherwani, y las mujeres debían vestir un vestido de noche o un Saree; sin embargo cuando llegamos le encontramos a Meera en la puerta del club tratando de razonar con uno de los managers (Hindú) que había dado la orden de sacarles del club a Meera, su hija, y el irlandés, por que? Por que el irlandés estaba puesto ropa de gala Hindú que había comprado ese día en una de las tiendas más caras de la ciudad.
El Irlandés, típico turista, quería vestirse con la ropa tradicional del sur de India, y vestía un Sherwani precioso, visiblemente caro, que le tomó horas encontrar por que en ninguna tienda tenían ropa para un hombre de 1.80 m, y sin embargo el manager del club mantenía que la vestimenta de John era chabacana e inaceptable en el club, por lo que debían salir de las premisas de inmediato. Por cierto, mientras todo esto sucedía, por la puerta principal pasaban parejitas de muchachas vestidas en jeans y sandalias, pero interesantemente a ellas nadie les dijo nada.
Durante la discusión con el manager del club, y en el intento de comprender el por qué un terno que es evidentemente formal, caro, y elegante no se consideraba aceptable para el club, el representante del SC indicó que él no hizo las reglas de vestimenta, sino que éstas fueron establecidas en los años de fundación del club, por ahí a mediados del siglo XIX, cuando los Ingleses ocupaban India y para divertirse establecieron un club social en el que los Hindúes no eran permitidos como miembros, y cuya presencia dentro de las premisas era aceptada únicamente como sirvientes.
Evidentemente, en la India de hace 150 años, dominada por los puntos de vista y la aristocracia británica, la ropa Hindú era considerada burda en comparación con la ropa occidental que era la ropa ‘civilizada’, y por esa razón el uso de ropa Hindú fue prohibido dentro del club.
Lastimosamente los dirigentes del Secunderabad Club no logran ver mas allá de sus narices y viven cegados ante el innato desprecio que se refleja en estas reglas hacia la cultura India, y menos logran ver que ese mismo desprecio ha sido tan plantado en su educación que 62 años después de la partida de los Ingleses los mismos Hindúes se encargan de segregarse y menospreciarse a si mismos.
La situación en el club se puso incluso más absurda cuando el presidente del club (también Hindú) indicó que como una deferencia especial a Meera iba a permitir que John se quede en el club, únicamente si se sentaba en la parte de atrás del banquete, fuera de la vista del resto de los miembros.
En este punto fue evidente que el trato hacia John era básicamente racista y en represalia; algo así como ‘ustedes nos rechazaron, ahora nosotros les rechazamos a ustedes’. Más allá de lo infantil de esta reacción, es también paradójico que los representantes del club utilicen una característica tan propia de este país para rechazar a un individuo. De haber sido que John se presentó con ropas que ridiculizaban las tradiciones de India, o que se hubiera portado de manera inapropiada para el club, la administración del SC hubiera tenido toda la razón en solicitar a John que salga del establecimiento, pero en realidad John no hizo más que hacer un gesto de respeto y admiración por las tradiciones de India, por lo cual lastimosamente los representantes del club intentaron humillarlo.
Esta fue solo una prueba más de las nefastas consecuencias que dejó el sistema colonialista, no solamente en India, sino en todos los otros países que fueron dominados por grandes imperios. El rechazo traído por los colonialistas a las cosas típicamente Hindúes como el color de piel, la vestimenta, las tradiciones milenarias, está tan firmemente cultivado en la sociedad actual en India que la población promedio no logra ver que al repudiar todos los factores que conforman su cultura también se están repudiando si mismos como individuos.
En cuanto a nosotros, N y yo no nos íbamos a quedar en un sitio en el que trataron tan mal a nuestros amigos, así que entre todos salimos de ahí y fuimos a cenar a otro lugar. Como cena navideña fue bastante inusual y quizás hubiera preferido no pasar por el mal momento, pero al fin y al cabo fue una interesante experiencia, de esas que siempre suceden en ‘incredible India’.
2 comments:
wow me parece increible oir eso! sobre todo porque a las guambras con jean si les dejan entrar! claro que me imagino que si aca a un hotel de los caros va un indio con sus galas tambien le han de hacer mala cara.
asi somos nos menospreciamos...que burros
parece que estuviera leyendo el libro que me ocupa ahora...pasión India, basado en la historia de principios de siglo de de una española casada con el marajá de kaphurtala..y el la el colonialismo y la opresión inglesa es la peor herencia que hayan podido dejar...qué triste que la evolución que hayan tenido arrastre lo peor de una etapa y no toda una vida.
Me alegro que cenaseis juntos donde fuera.
felices tardias navidades
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