Siempre me han caido mal los domingos, pero ahora un poquito menos que antes.
De chiquita los domingos empezaban a la misma hora que los lunes, con la diferencia que no tenia que salir corriendo para ir a la escuela sino que tenia que vestirme al apuro para ir a misa de 9, y es que eso de la misa para mi siempre fue todo un martirio. Para mi no habia hora mas larga ni mas aburrida que la de la misa, y eso que el cura de la iglesia a la que ibamos no era tan fatal como otros curas de otras iglesias. Yo solia ir a la misa del padre Julio en una iglesia en la esquina de la gaspar de villarroel y 6 de diciembre. El man era un tipo italiano que de rato en rato contaba sus buenas historias, pero en general la mayor diversion consistia en ver el esfuerzo que él hacía al dar el sermón por que parecía que cualquier rato le daba un ataque. Luego de la misa las monjas de la iglesia vendian chocolates, turrones y tonteritas con motivos religiosos para recaudar fondos con fines benéficos; mi mama siempre me compraba los chocolates y para ella los turrones que eran riquisimos.
Luego de la misa, que por algun motivo me causaba mareo, ibamos al mercado de Iñaquito. La experiencia del mercado no era tan mala como la de la misa. De hecho quizas era la mejor parte del domingo: caminar entre los vendedores, escogiendo frutas, inhalando el olor de los pimientos y tomates calientes por el sol, tomando juguito donde esa señora negrita que a todo cliente recibia con ese entusiasmo de "veeenga mi nina, que le sirvo mi boniiiiiita" y yo siempre me tomaba un jugo de naranjilla con huevo. Luego del jugo ibamos al mote, y luego de mote a veces comprabamos sopa de mercado, que la verdad tenia algun nombre en específico pero para mi siempre fue la sopa de mercado que era de lo mas rica. Gracias a todos los anticuerpos que tuve que desarrollar desde chiquita para proteger a mi cuerpo de las maravillas bacterianas de esos potajes es que ahora en India pocas veces me enfermo.
Una vez que se acababan las compras de mercado regresabamos a la casa por unas horas hasta que sean las 6 y salir a tomar el cafe donde la abuelita. La ida donde la abuelita era mayormente sin acontecimiento. Ibamos, tomabamos te condimentado con naranja agria y pan, y si no habia novedad nos ibamos a la casa temprano, justo a tiempo para ver lo que sea que daban en la tele como a las 8.
Esos domingos se acabaron hace rato y actualmente mis domingos son como los quiero. Ahora nos despertamos a las 11, rodamos fuera de la cama, nos damos una ducha y nos vestimos rapidito, y medio dormidos medio despiertos llegamos a un restaurant o casa de alguien para el brunch. El brunch generalmente dura un par de horas si estamos fuera, pero si estamos en la casa de algun conocido ahi si dura horas .... y horas ... y horas. Comemos desde las 12, conversamos, comemos mas, jugamos con los perros, con los guaguas, comemos mas, vemos tele, comemos mas, quedamos medio adormilados, nos levantamos a tomar el cafe, con la cafeina regresamos a la vida y mas o menos todo se repite.
Mis domingos ahora son de amigos, amigos que se volvieron familia, pero familia que escogimos, no que nos cayo por destino, asi que son extra especial. Mis domingos ahora pasan lentos y deliciosos, y se terminan como empezaron: metida en la cama, calentita, contenta, apapuchada, amada.
2 comments:
adoro tus domingos! y ahora yo quisiera tener un jugo de esos de naranjilla con huevo, nunca probé!
Regresaste???
Que interesantes tus "posts" a fin de cuantas creo que se relacionan...no?? Todo viene en etapas y quizas la de los "pasados domingos" vendra -o inventaras otros- con el tiempo. Disfruta lo que hoy vives!!! esto es solo tuyo cubre tus gustos, deceos hoy... Mi mama siempre decia: "mientras no hagas dano a nadie.." Al resto oyele, pero no dejes que te llegue.
No quiero sonar "queme-importista" mas bien creo que un poquito "menos-importista". :)
Saludos.
SUE.
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