Érase una vez una princesa linda linda, de ojitos pispiretos y largos cabellos castaños, que vivía temporalmente en un lejano y caliente reino llamado Hyderabad.
La linda princesa había llegado a dicha ciudad convencida de que su pasaporte Ecuatoriano venia junto con el resto de sus documentos importantes en su maleta, pero como su pasaporte ecuatoriano es de uso nulo la princesa no se dio cuenta sino hasta varios meses y 2 cambios de casa después que el famoso pasaporte rojo no se encontraba entre sus pertenencias.
Que terrible.
La pobre princesa busco y busco en closets y cajones, en carpetas y cajas, en maletas y carteras, todo bajo el vigilante ojo de un dragón que con su mirada de láser chamuscante le recordaba a la princesa que todo lo que toca pierde o daña y que esta era una razón mas para mandar a la princesa a vivir en un cuartito en lo mas alto de una torre y donde seria alimentada de nada mas que sopa de habas (su comida mas odiada) por toda la eternidad.
Así pasaron muchos meses en los que la princesa no encontraba su pasaporte (y el dragón en lugar de ayudarle a buscar se dedicaba a estornudar fuego), por lo que la princesa ya veía en su oscuro futuro una visita a la espeluznante embajada Ecuatoriana en Londres, que a pesar de encontrarse ubicada en el lindo e increíblemente caro barrio de Knightsbridge es mantenida por la gente a su cargo tal cual era el terminal terrestre en Quito hace unos 20 años, es decir, hecha una porquería.
Sin embargo era tan siniestro el prospecto de ir a tal oscuro y mal oliente lugar y presentarse frente a los ogros pipones, que la princesa prefirió dar una segunda oportunidades a sus mágicos poderes de búsqueda y mas bien se propuso regresar al reino del norte de America y desempacar todos sus bienes para asegurarse de no dejar un rincón sin ser examinado antes de emprender la odisea de sacar un pasaporte nuevo.
Entonces, en una inusualmente caliente noche de otoño, mientras la princesa organizaba los tesoros del dragón (que incluyan mas no se limitaban a: un sinfín de cajas vacías de todos los tamaños, papeles viejos, pelotas saltarinas, centenares de esferos, lápices y clips, y al menos una docena de frasquitos de desinfectante de manos) la princesa diviso un objeto de color y formas familiares, escondido en una caja con el nombre de "cajón de la mesa de noche del dragón" y en la que se encontraba el preciado pasaporte de la princesa!
Es decir queridos niños que el pasaporte que causo horas de desesperada búsqueda se encontraba todo el tiempo bajo el dominio del dragón descabezado que no recordó que el mismo guardo tal documento (junto a otros documentos incluso mas importantes que también andaban perdidos) entre sus pertenencias.
Y así, la princesa monto en cólera y le dio un derechazo en la nata al dragón, quien se fue llorando y lamentándose a esconderse en su cueva a seguir jugando World of Warcraft.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
11 comments:
Castigo? manda al dragon derechito a la Embajada Ecuatoriana en Londres y que hable con la damita que esta a cargo de tramitar poderes....
ni me digas eso de la embajada ecuatoriana en Londres... allá tengo que ir a tramitar el dichoso rojo para la hija.... será que el dragón tuyo les lanza fuego en amenaza para que se porten decentemente!!!
jajajaja....este N..... bueno asi son los hombres no...jajaja
Yo también tengo un dragón en casa que me acusa contantemente de tener mala memoria para is tesoritos...un día, mi pasaporte desapareció. Por más que busqué no estaba. Al día siguiente salía para NYC..y me quedaba en tierra de no encontrarlo. Toda la noche revolví el estudio, el salón, la cocina, la sala de estar, la habitación de mis hijos, mi estantería, mi cesta de cremas del baño..pero ay de mi!! NO miré en su mesilla de noche...y allí bajo las revistas de cine ue lee habitalmente encontré mi pasaporte, cuando le rogué que me dejara mirar entre sus pertenencias..Mi dragoncito se comió sus palabras....qué curiosa me ha parecido la entrada!!! Parecía que yo misma buscase el dichoso pasaporte, aunque el mío es marrón.
Anonimo: Definitivamente lo haria si no fuera por que la unica que podria hacer ese tramite soy yo! Pero creo que el derechazo (wink wink) sirvio de castigo suficiente ;)
Nadia: No es taaaaaaaaaaaaaaaan malo como lo describo, pero definitivamente es un sitio feo (por dentro). Cuando fuimos nosotros en el 2005 el que atendia era un hombre gordo y medio adormilado, que vestia una camisa 2 tallas muy pequena por lo que su abundante barriga se salia por todos lados, y tenia un genio de dar terror. La oficina en si tenia unas 3 sillitas que habian visto mejores tiempos hace al menos un par de decadas, la alfombra era una sombra de alfombra mas bien, y las paredes estaban cubiertas de fotos de Ecuador que debieron ser nuevas en los anios 20s.
Eso fue hace 4 anios, sera que ha cambiado hasta hoy??? Espero que si! Suerte!
- Xime: siiiiii, hooooombres. terribles son
- M: que chiste que te haya pasado lo mismo! Me siento feliz saber que no he sido la unica a quien le paso! :)
Las oficinas de Madrid (2003)llevan el sello del mismo decorador que UK por lo que veo, mi libro rojo aparecio 1 año después, cuando mi dragón decidió re-leer su re-viejo libro, y ahí estaba, haciendo las veces de "separador" de hojas, sobra decir que me "hablo en arameo" porque siempre olvido las cosas.
En fín cosas de hombres no??
Un saludo Magusita
Para la proxima busquele a la princesa una mochila donde guarde todos los papeles importantesy que el dragon se lo lleve la dragona que lo trajo al mundo.
pobre dragon quedo hecho lagartijita ante tremendo trompon
Como representante autodelegado del sindicato de Dragones y otros cachivaches, debo elevar mi mas enérgico rugido de queja ante tan injusta y difamadora acumulación de calumnias en contra de nuestra sagrada congregación.
Los derechos de "dragogénero", al igual que los de género, deben ser respetados por todos. Es políticamente incorrecto hablar de dragones sin mencionar a las dragonas, que por un sortilegio, son muchas veces convertidas en brujas y princesas quejumbrosas.
Es cierto, en ocasiones se dan casos como el narrado por la princesita de esta fábula londinense. Pero si sus documentos aparecen entremezclados entre nuestros tesoros de la mesa de noche, es porque la doncella en cuestión, posiblemente los arrimo a nuestra magna colección de insignificancias. La inclinación innata de las compañeras de lecho y elecho, de ordenar lo que les parece desordenado, es la etiología de estos males.
Fumarolas y gruñidos salen de nuestras inflamables entrañas cuando nuestro particular orden, (desorden para las entendidas) ha sido modificado siguiendo una guía estética del cómo las cosas deben estar en cada sitio.
Por esa razón, demando rectificaciones en los dardos ponzoñosos que han sido lanzados en contra de nuestra fiel grey de Dragones, Lagartijos y demás criaturas humeantes y chispeantes.
Por las barbas de Merlín el Mago, no toquéis ninguno de los papeles y chucherías que piadosa y pacienciosamente acumulamos en algún rinconcito del castillo.
Sabemos exáctamente dónde está cada cosa en ese aparente desorden. Si no querréis extraviar vuestros tesoros, no ordenéis nada que no se os haya encomendado.
Atentamente,
(f) Dragón de luengas barbas y lánguidos bramidos.
Apreciado Juan Sebastian: Transmito este mensaje de parte del dragón que vive en mi castillo. El susodicho le invita a usted, su único comprensivo defensor, a cuantiosas cantidades de cerveza, vodka y cualquier otro brebaje de su gusto en agradecimiento de tan gentil intervención.
Sus palabras han causado que el dragón de mi castillo se crea el 'muy-muy' y ahora utilice como defensa su estatus de Dragón que naturalmente le permite ser un coleccionista de cacharros, y amenace con denunciarme al sindicato de dragones a menos que le permita mantener el desorden descomunal en el que atenta vivir.
Por mi parte basta comunicarle, querido Juan Sebastian, que usted estará escuchando de mis abogados muy pero muy pronto.
Attn.
La Princesa de las Flores.
Gustoso acepto la invitación a la cata y libación de bebidas espiritosas y otros menjurjes, al calor de una buena hoguera y amena plática.
El inconveniente es que este dragón de fina estampa, vive en New Jersey, gélida región, distante de la suya, que a mi entender está aún mas cerca del polo norte, lar aquel en donde nuestras bocanadas de fuego tienden a ser mas tenues y esporádicas.
Por otro lado, que sus abogados se pongan en contacto con mi mujer, quien ha decidido desde esta mañana, apostrofarme como Ogro. He sido "downsized" y "downgraded" ante los ojos de mi propia amada princesa. No teniendo mas chispas que echar, siendo ahora un ogro verde y gruñón, me despido de usted de manera muy cordial.
(f) El Ogro acondroplásico
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