Monday, May 14, 2012

UIO

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La idea de visitar Quito había estado rondando por años, y por años la dejamos de lado por ir a visitar otro sitio en el que no habíamos estado antes. Ir a Quito era atractivo, pero no lo suficiente como para pasar la oportunidad de explorar un sitio nuevo.

Ir a Quito era también me asustaba en cierto grado. Hemos escuchado tantas historias de horror sobre robos, violaciones, asesinatos, y sicarios que, añadido a todo el asunto Correa/Anti-Correa, la visita parecía demasiado riesgosa y que no valía la pena… pero 8 años son demasiado tiempo para no ver a familia, a amigos cercanos; 8 años son suficientes para dejar ir ciertas cosas que eran dolorosas o molestas, y sencillamente 8 años parecía el tiempo preciso para ver cambios.

Quito, sin embargo, es el mismo de hace 8 años. Con más gente, más polución, más trafico, un edificio nuevo por aquí y por allá. Trato de ver a Quito con ojos de 17 años, y lo logro. Me veo caminando lo que parecían largas distancias; me veo asustada de la gente; me veo, incluso en ese entonces, completamente fuera de lugar.

Yo por otra parte, ya no soy la misma. Ahora veo a Quito con ojos de 30 años. Me veo caminando las mismas distancias que antes, que resultan no son tan largas (me doy cuenta que Quito es bastante pequeño en superficie cuando lo comparo con cualquiera de las otras ciudades en las que he vivido). Me veo atraída por la gente, me gusta escucharles hablar, que me cuenten sus historias. Me veo consciente del lugar en el que estoy, ya no fuera de lugar, sino cómoda y satisfecha del sitio que me he dado – no en una ciudad o en un país o en un trabajo, sino en el universo, en la vida (?)

Recuerdo la última vez que fui a Quito; aun no me había graduado de la universidad, no tenia trabajo, estaba en un limbo extraño sin saber que hacer o que quería hacer, y aunque aun no sé que hacer, encuentro tanto placer en el viaje, la transición, el crecimiento. Ya no me hace falta ser ruidosa o fastidiosa o hacerme la dura o ser creidísima; las cosas son, cada quien es, y eso esta bien, me gusta.

Mi viaje a Quito esta vez tuvo un propósito principal: pasar con mi mamá el mayor tiempo posible y disfrutar de nuestro tiempo juntas, y eso es precisamente lo que hice.

Mi primera semana fue de total incógnito; solamente mi mamá y papá sabían que estaba ahí y nos dimos todo nuestro tiempo para ir y venir sin plan fijo, improvisando qué visitar, qué ver, qué comer, pasando lindo solo nosotras dos.

La segunda semana en Quito fue para amigos cercanos, que me di cuenta hay aún en Quito, pero son poquitos, poquitos. La vida nos ha cambiado bastante, y quizás una de las mayores realizaciones de este viaje es que por todo este tiempo yo estuve aferrada a la idea de amistades que ya no existen como eran antes; la vida de cada uno de nosotros a cambiado tanto que obviamente ha hecho que todos nos volvamos diferentes personas y nuestras relaciones se encuentren en un plano diferente. Sin embargo esto no me afectó como me hubiese imaginado; es lo que es.

Por último los highlights: 1) el viajecito en teleférico y ver esa maravilla de vista desde arriba del Pichincha. Hemos viajado largo y ancho, y en ningún otro lugar he visto tan bella combinación de ciudad con naturaleza. Un cosas verdaderamente mágica. 2) Comer ceviche de concha nuevamente. Cosa mas rica!

Siguiente viaje a Quito? Quien sabe cuando.

Tuesday, January 17, 2012

El Plan


Hace unos meses leí un artículo que decía que esto de “Live Within Your Means” ya no se aplica a la economía actual. “Live Within Your Means” era para una época en el que los trabajos eran estables, los precios eran cómodos, y los sueldos alcanzaban (en teoría) para todo.

La realidad es que el mundo ha cambiado, y la estabilidad de la que gozábamos hace unos años (refiriéndome a la economía de Estados Unidos únicamente) es prácticamente inexistente, por lo que ahora lo recomendado ya no es “Live Within Your Means” sino “Live Below Your Means”.

“Live Below Your Means” significa poner una buena porción de nuestros sueldos en nuestra cuenta de ahorros; significa no comprar cada cosa bonita que se nos pone en frente; significa derrochar menos y planear mas; significa que si en algún momento queremos retirarnos, es ahora cuando tenemos que hacer los ajustes necesarios para asegurarnos un futuro cómodo.

Así que desde el primero de Enero dejamos nuestra tarjeta de crédito en la caja fuerte, y nos planteamos un presupuesto y un plan bastante simple (y a la vez un tanto complejo): reducir 100% compras innecesarias.
En otras palabras, no compraremos juguetitos/gadgets/adornitos/tonteritas únicamente por antojo, sino que nos detendremos a pensar si el objeto de nuestro deseo es realmente necesario, en cuyo caso consideraremos posible la compra, y si no es necesario, la compra queda pospuesta o cancelada hasta quién sabe cuando.

Básicamente es una propuesta por un cambio de vida. Aprender a ser más pragmáticos y evitar impulsos absurdos; utilizar lo que tenemos a mano, no desperdiciar, en fin, sacar toda la ventaja de todas las cosas que ya tenemos.

Tenía esto en mente cuando por coincidencia vi un Tweet de Meg Hourihan, quien se encuentra en un plan algo similar, pero definitivamente más ambicioso: comprar nada en 2012, excepto por cosas que se han acabo o utilizado al máximo; para todo lo demás, Meg planea arreglarse con lo que tiene, o simplemente no tenerlo. Meg llama a su proyecto Make It Do.

Veo esto como una especie de liberación al constante bombardeo de productos – la mayoría de ellos, totalmente inútiles. Es una tendencia por regresar a las cosas básicas: hacer cosas por uno mismo, limitar el consumismo desaforado y mas bien empezar a apreciar las cosas que están a mano, las diarias pequeñas-grandes fortunas que ya tenemos.

Es volverse un diferente tipo de consumidor, uno que en lugar de comprar todo a la vista, aprende a elegir.

Sunday, January 08, 2012

</2011>

 

Mi Arbol Dando Volteretas


Tuvimos cantidades de visitas este año. Vino Jane desde India y se quedo con nosotros un par de semanas. Tony nos visitó junto a su esposa en el verano, mis papás estuvieron aquí un par de veces, nos visitó mi tío y su esposa desde NYC, Huli y C vinieron varias veces desde Washington, y vino Pierre a darse una vuelta de popularidad.

Pensé que no viajamos mucho, pero ahora que hago un recuento realmente estuvo bien viajado el 2011. Fuimos a San Francisco a inicios del año, yo viajé a Virginia y Massachussets con frecuencia (por trabajo, meh); en Septiembre el sueño se hizo realidad y fuimos a Japón, y en Noviembre descubrí que si me gusta la playa cuando San José del Cabo en México (paraíso!!!!) y claro, idas y venidas a Toronto y NYC en el verano.
Cabo San Lucas, Mexico

Wow.

Me sorprende que haya pasado tanto durante el 2011. Sobre todo por que siento constantemente que lo único que hago es trabajar. Mi trabajo me absorbe. Se cumplió un año en esta nueva posición y siento que los procesos, requerimientos, expectativas se han vuelto tan familiares que sé que no me tomara mucho tiempo en sentir esa necesidad de tomar el siguiente paso y ver en que nuevas aventuras me meto. De hecho, ya estoy sintiendo esas ganas de ver que de nuevo puedo explorar profesionalmente.

Salté en paracaídas!!!. Desde 11000 metros!!!. Wow. Hasta ahora, casi 6 meses después, recreo el momento en mi mente y se me comprime el pecho y me pongo a sonreír de la emoción por que fue tan genial y me sentí tan viva - tan viva - tan viva. No se si lo vuelva a hacer. No se si tenga las pelotas para exponerme de nuevo a esa magnitud de terror – pero quizás, algún día, cuando quiera volver a sentir explosión de adrenalina y felicidad inexpresables, me vuelva a lanzar.

Tejí tres cobijas en crochet. Una para N, otra para mi papá y otra para baby Max, para que en las noches de frío se envuelvan de amor y duerman calentitos.

Fuimos a un par de bodas y bailamos y bebimos y celebramos con nuestros amigos el inicio de su nueva vida.
Tuvimos la fiesta anual de navidad en mi casa y en este año todos nos comportamos muy educaditos y podemos declarar que todos recordamos los eventos de esa noche - no como la fiesta del 2010 de la que tengo flashes de memorias remendadas, y un muy vivido recuerdo del chuchaqui mortal de los dos días siguientes.

Vimos la última película de Harry Potter, y lloré.

Comí Shabu-Shabu en Tokio y nada se le igualara en delicia, jamás.

The Martin House
Por fin visité The Martin House, una de las casas diseñadas por Frank Lloyd Wright en Buffalo. He vivido aquí por 10 años y esta casa es uno de los highlights de la ciudad, por lo que el hecho de por fin conocerla fue todo un evento para mi J. El Garabato me llevó en un tour y la pasamos genial. La casa, que esta en pleno proceso de renovación para regresarla a su estado original, es preciosa – una de esas joyitas escondidas en esta ciudad.


Seguimos entrenando Krav Maga, cada vez más cerca del cinturón negro, y aprendo como se siente mi cuerpo al estar en forma, veo como puedo empujarme a hacer cosas que hace un par de años eran impensables, cada vez aguanto más largas e intensas clases y físicamente me siento genial.


En fin. Viví.