Estaba leyendo algunos weblogs ecuatorianos esta tarde. Buscaba enfocarme principalmente en páginas de gente que escribe desde Quito pero no encontré ninguna página que enlace especialmente a weblogs escritos desde la capital. Con suerte, y gracias a algún otro weblog de un Ecuatoriano residente en el extranjero, me encontré con el blog de
CeroCuatro quien había posteado recientemente un review de un Blogs and Beers en algún local de la ciudad. En eso, y gracias a los numerosos links de CeroCuatro, me dirigí hacia otra pagina, Sueños y Cuentos, y me dispuse a leer sobre la vida de esta muchacha cuyo blog me llamó la atención únicamente por que es de Quito. En fin, no quiero centrarme en comentar sobre su blog (cuyo contenido es bastante fiel a su titulo, y eso, en definitiva, es un punto a su favor), sino que quiero … no se… quiero expresar esta increíble distancia que sentí hacia Quito. Se me vino como un viento frío el hecho de que hace 4 años me fui de la ciudad en la que viví por 19, y desde el momento que pisé el avión de ida a USA pocas han sido las veces que he vuelto a mirar atrás; hoy es una de ellas. Y es que hace tanto, tanto tiempo que no sentía esta melancolía de lo viejo-conocido, de esa seguridad que una vez sentí allí al saberme conocedora de la ciudad (Ok. No de toda la ciudad, pero si del Norte, al menos) y de tener una idea exacta de donde era cada sector, cada bar, cada tienda, cada parque, cada casa de mis amigos, de cómo hacer para llegar de un lado a otro, qué bus tomar, qué taxis llamar, hasta que hora caminar sola por tal o cual lugar y en que sitio vendían hostias hechas en casa o limones dulces con sal.
Cuando me mudé a Estados Unidos, fueron tan rápidos los cambios de ciudad a ciudad y tan difícil la adaptación a cada nuevo sitio, que nunca llegue a conocer todos esos detallitos que hacen de una ciudad un hogar. Ni en Phoenix ni en Buffalo jamás llegué a conocer tienditas llenas de cositas maravillosas que me llaman la atención por horas, o restaurantitos esquineros en los que sirven sopitas caseras y buenas porciones de steak. Supongo que esas, además de otras muchas razones, fueron los factores que me mantuvieron como una extraña visitante durante cada uno de los meses de los 3 años que viví en Estados Unidos.
Afortunadamente, esa sensación prácticamente se evaporó al llegar a Londres. De pronto esta ciudad tan grande, con tanta gente y con un tráfico infernal 24 horas del día, se volvió mi hogar. Y empecé a conocer las tienditas en las que venden la lana más linda para hacer bufandas, y conocí cafecitos acogedores y restaurantes italianos con fantásticos ‘Linguini a la Pescatore’, después empecé a conocer barrios y parques, y poco a poco me voy haciendo mas familiar con las calles y las líneas de tren y bus que tengo que tomar cuando quiero moverme a cualquier dirección de la ciudad. Definitivamente todo se hizo muchísimo más fácil por que aquí, a diferencia de Buffalo, tengo amigas que me llevan con ellas a todo lado y con quienes paso momentos increíbles cada vez que estamos juntas, pero esa es otra historia.
En fin, y para regresar a mi punto original, aquí en Londres logré sentir lo que sentía en Quito, esa deliciosa familiaridad con todo lo que me rodea, y dado que la fecha de regreso a Estados Unidos se me viene encima, siento temor al perder, otra vez, esa sensación de hogar de la que me alejé ya una vez cuando me fui de Ecuador. Y al pensar en eso, se me viene como un flash aquellas memorias de mi vida en Quito, y se me hace inevitable pensar en lo distante de todo eso, y a veces, hasta en lo irreal de mis recuerdos; por momentos siento que los primeros 19 años de mi existencia fueron vividos por alguien mas y que mi vida solamente empezó hace apenas un par de años.
Sin embargo, recuerdo con tanto cariño todas las veces que camine desde la Católica (de visita a los panas) por la avenida Patria a tomar el bus en la 10 de agosto, o esas largas caminatas con mis amigas desde mi colegio en la Colón hasta la casa de Jenny cerca de la Universidad Central, hasta el Quicentro o hasta el Mall. Y todas las veces que tomé el bus equivocado y en lugar de ir a parar hacia mi casa, al norte del monumento a El Labrador, fui a parar a la avenida de la Prensa, frente al aeropuerto mas o menos, y después me tocaba caminar con mi maletota hasta mi casa. Y entre esas, pasarme por alguna de esas tiendas con los típicos nombres de “Víveres Pepito” o algo similar, y comprarme una de esas ‘paletas rellenas’ de pingüino, o un ‘jet’ que me encantaban.
A veces, en las tardes, luego del colegio, mis amigos/as y yo salíamos a caminar por ahí, y a veces pasábamos por esas casetas de “sabor a tierra” en la avenida Patria. Ahí fue donde compre mi primer cassette (wow, que anticuado sonó eso!) de Pedro Guerra, Silvio Rodríguez, Tango Feroz, y Pablo Milanes. Y después eran infaltable ir a almorzar ‘Chancrosas’ frente al colegio Spellman (que creo que después se convirtió en la Universidad Salesiana). Por cierto, esas ‘Chancrosas’ eran esos inventos mas letales, deliciosos y cómodamente accesibles al bolsillo del pobre estudiante Quiteño. Las ‘Chancrosas’ eran básicamente unas hamburguesas gigantes las cuales, además de la carne, lechuga, tomate y queso, contenían papas fritas, salchichas, huevo, y enormes cantidades de salsa de tomate, mostaza y mayonesa. Todo esto por el módico precio de menos de 5000 sucres, es decir, para estas fechas, 1/5 de un dólar.
Otras veces—y bueno, esto lo guardaba para eventos inusuales con ciertas personas especiales—íbamos a los botes en el Parque de la Carolina y pasábamos horas de horas dando vueltas en ese cochino laguito que tienen ahí, frente a la Shiris. Por supuesto, infaltable en los fines de semana era ir a beber a la Cúpula, ahí mas arriba de la Eloy Alfaro, en un sector que ya no me acuerdo el nombre. Y en esas épocas, los Inmaduros (Marcelo, Christian, Daniel, y a veces Roberto y Juan Fernando) junto a la Malu y a mi, íbamos a beber ron! (Ron! Que terrible!). En especial recuerdo aquella infame noche en la que la Malu y yo nos bebimos esa botella de “Ron Rico”, que el Marcelo había traído unos días antes de Costa Rica, y a Malu termino ‘arando’ (vaya Quiteñismo!) y después le vomitó al Andrés Caicedo en la gabardina negra que él amaba tanto.
No puedo evitar una enorme sonrisa al recordar todo esto. Vaya tiempos!
Para terminar, y dado que a) estoy bebiendo vino, y b) las fiestas de Quito están a la vuelta de la esquina, vale un brindis: Por Quito, por los amigos, por los buenos recuerdos, por los malos recuerdos, por los cambios, los viajes, el crecimiento, el ir y el venir, por la distancia y por el tiempo, Salud!
Saturday, November 26, 2005
Tuesday, November 22, 2005
Surroundings.
Mano abierta. Mano cerrada. Lunar en mano. Uñas cortas. Lápiz verde. Pulsera de plata. Camisa negra. Frio. Jeans desteñidos. Zapatos viejos. Celular nuevo. Numero desconocido. Voces de fondo. Libros sobre Grecia. Woolf en analisis. Pie bamboleante. Desconocidos hablando. Ventana abierta. Arbol sin hojas. Sonido de calle. Olor de tiza, escritorios, sillas. Coldplay, Keane, Norah Jones. Cuaderno abierto. Personaje en desarrollo. Open up your eyes. Rosa roja, seca, sin olor. Piel desnuda. Cabello suelto. Conocimiento. Desconocimiento. Mi pasado. Lo que soy. Soy de Quito. Un numero. Un perro. Fotos. Imagen. Reflejo. Temperatura. Culture. Almohada. 2005. Negro. Piano. Dolor. Excitement. Fuerza. Pecho comprimido. Liberación. Susurro.
Monday, November 21, 2005
Miloso
This is Miloso, my dearest Teddy Bear. The Miloso you see in this picture is the twin brother of the 'original' Miloso, a brown, soft and cute teddy bear I got when I was a baby. We bought this Miloso a couple of years ago with my parents, when in a trip to NYC we saw it in Toys R' Us and were shocked by its similarity to the Teddy Bear of my childhood. From that time on, this Miloso has lived with me wherever I've moved, while the original Miloso is still kept by my parents and brother in Quito, the place where it has lived for more than twenty years.
Just in case you are wondering, the name "Miloso" comes from a mix of two spanish words "Mi Oso" (My Bear). When I was a little child, I couldn't pronounce "Mi Oso" but instead any time I wanted my toy I would say "Miloso" and from that time on, that has been Miloso's name.
Just in case you are wondering, the name "Miloso" comes from a mix of two spanish words "Mi Oso" (My Bear). When I was a little child, I couldn't pronounce "Mi Oso" but instead any time I wanted my toy I would say "Miloso" and from that time on, that has been Miloso's name.
Wednesday, November 16, 2005
Life should be like this.
When people say something, they should say it just, and only if, they really mean it.
Tuesday, November 08, 2005
Sobre estos dias:
Wow… Siglos que no aparezco por aquí, ah?
Tengo tanto que escribir sobre tantas cosas que estoy en ese estado en el que las ideas se me confunden y la mente no me deja de divagar. Hay un par de comentarios que quiero hacer sobre películas que me han parecido excelentes, hay una carta de amor sumamente cursi que debo escribir para mi amado Londres, hay un post patéticamente deprimente con respecto a mi cercana partida de Inglaterra, hay un recuento sobre un personaje fabuloso que conocí desde mi nacimiento y quien falleció en esta semana, y hay una critica sobre los programas de estudios internacionales con los que estuve envuelta al estar aquí que, con suerte, servirá a alguien en algún futuro.
Todo esto dicho, es mi plan escribir al respecto en las horas o días por venir pero por hoy me limito a los hechos de momento: N esta en USA otra vez por dos semanas y por tanto estoy, como siempre que N esta lejos, haciendo muchas cosas que me mantienen distraída y lejos de el silencio abrumante de esta casa. Además estoy leyendo libros sobre la realeza inglesa escritos por Philippa Gregory que, a pesar de presentar una serie de datos y diálogos completamente ficticios o inexactos, me han divertido muchísimo e ilustrado con datos acerca de la monarquía en este país de los que no tenía idea.
Entonces para los interesados/as, son muy recomendables por motivos exclusivamente de entretenimiento “The Other Boleyn Girl”, “The Queen’s Fool”, y “The Virgin’s Lover”. Ojo! No los recomiendo por que sean ni remotamente buenos representantes de la literatura contemporánea o destacados candidatos para ser considerados literatura clásica en un futuro, sin embargo tienen su mérito en ser ficción histórica que de una forma u otra provee de un conocimiento básico sobre eventos sobresalientes en la vida de la realeza británica. Como todo libro, hay que leerlos con mente abierta y con una enciclopedia a mano para poder apreciar ficción de realidad y poder aprender datos valiosos.
Ah, por cierto! Dado que tengo que desocupar mi departamento en un mes y medio, tengo una televisión de 30 pulgadas de venta, un microondas, un ventilador, y un triturador de papeles disponibles para la venta, interesados???
Tengo tanto que escribir sobre tantas cosas que estoy en ese estado en el que las ideas se me confunden y la mente no me deja de divagar. Hay un par de comentarios que quiero hacer sobre películas que me han parecido excelentes, hay una carta de amor sumamente cursi que debo escribir para mi amado Londres, hay un post patéticamente deprimente con respecto a mi cercana partida de Inglaterra, hay un recuento sobre un personaje fabuloso que conocí desde mi nacimiento y quien falleció en esta semana, y hay una critica sobre los programas de estudios internacionales con los que estuve envuelta al estar aquí que, con suerte, servirá a alguien en algún futuro.
Todo esto dicho, es mi plan escribir al respecto en las horas o días por venir pero por hoy me limito a los hechos de momento: N esta en USA otra vez por dos semanas y por tanto estoy, como siempre que N esta lejos, haciendo muchas cosas que me mantienen distraída y lejos de el silencio abrumante de esta casa. Además estoy leyendo libros sobre la realeza inglesa escritos por Philippa Gregory que, a pesar de presentar una serie de datos y diálogos completamente ficticios o inexactos, me han divertido muchísimo e ilustrado con datos acerca de la monarquía en este país de los que no tenía idea.
Entonces para los interesados/as, son muy recomendables por motivos exclusivamente de entretenimiento “The Other Boleyn Girl”, “The Queen’s Fool”, y “The Virgin’s Lover”. Ojo! No los recomiendo por que sean ni remotamente buenos representantes de la literatura contemporánea o destacados candidatos para ser considerados literatura clásica en un futuro, sin embargo tienen su mérito en ser ficción histórica que de una forma u otra provee de un conocimiento básico sobre eventos sobresalientes en la vida de la realeza británica. Como todo libro, hay que leerlos con mente abierta y con una enciclopedia a mano para poder apreciar ficción de realidad y poder aprender datos valiosos.
Ah, por cierto! Dado que tengo que desocupar mi departamento en un mes y medio, tengo una televisión de 30 pulgadas de venta, un microondas, un ventilador, y un triturador de papeles disponibles para la venta, interesados???
Friday, November 04, 2005
Less than Fashionable
This is how my pants and shoes looked after yesterday's 9 mile hike heading to Balcombe around Ardingly Reservoir, by Wakehurst Place and through the woodlands of the Sussex Weald.
It was a lot of fun in spite of the pouring rain and all that mud! -- I don't have any pictures of the places we walked through because I was more concerned in looking down and avoid slippery spots than taking photos of the surroundings :)
It was a lot of fun in spite of the pouring rain and all that mud! -- I don't have any pictures of the places we walked through because I was more concerned in looking down and avoid slippery spots than taking photos of the surroundings :)
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