Que par de semanas tan cortitas! Se me han ido en un solo suspiro! Es que Hong Kong puede causar eso; en una ciudad tan chevere los días se pasan como minutos.
El Sábado 27, luego de una cortita escala por Singapore, llegamos a Hong Kong a encontrarnos con unos familiares/amigos que están viviendo en esa ciudad desde inicios del año. Tan pronto llegamos fuimos a comer carne australiana (la primera carne de vaca que comíamos en meses – en India eso no se come por lo de las vacas sagradas) y de ahi nos concentramos en estar felices, con los ojos bien abiertos, capturando todo.
Los días en general los pasamos turisteando, conversando por horas con Nancy (nuestra anfitriona), riéndonos de las bromas de René (el esposo de Nancy), y bebiendo y comiendo mucho, mucho, mucho.
El primer martes después de nuestra llegada N me consintió y me llevó a Disneyland Hong Kong desde mas o menos el medio día hasta la hora de cierre – la pasamos divino!!! Hasta me subí a una montana rusa que me tuvo chillando a todo pulmón desde el inicio (es que yo les tengo terror a esas cosas) y a pesar de que salí con dolor de cuello causado por el susto el resto del día si que estuvo de total maravilla.
Y bueno, además de la comida y de Disney, Hong Kong tiene TANTO que ofrecer. Una de las noches fuimos a ver las luces en el waterfront de Hong Kong desde la bahía de Kowloon, otra tarde fuimos a Victoria Peak a ver la fascinante edificación de Hong Kong, y en las noches no hubo una sola velada en la que no salieramos a pegarnos unos traguitos en uno de los cientos de bares/restaurantes que hay en la ciudad – y es que hay para todo gusto! Desde musica en vivo, a musica con DJ, a Salsa y Regaetton, y todo lo que se te ocurra en medio.
Para mi, además del paseito a Disney que me tuvo re-contenta (es que me fue directamente al huequito infantil que tengo en el corazón), lo mas sobresaliente del viaje fueron las 3 o 4 veces en las que sencillamente salimos a caminar por la ciudad para ‘perdernos’ en sus calles y ser parte del diario trajín del sitio.
Una de las mejores noches fue en la que después de hacer compras en el Ladies Market nos fuimos a caminar por las calles aledañas, tan solo viendo vitrinas, luces de neón, y escuchando a músicos improvisados. Me encanta esa sensación que tengo cuando estoy en medio de cientos de personas, y sobre todo en Hong Kong, que se siente tan seguro, me la pasé fenomenal por que pude disfrutar de mis alrededores sin temor a que me asalten.
Tengo fotos por millares que iré posteando en Flickr de a poquito, y también tengo un par de videos en los que se muestra la tremenda densidad poblacional de Hong Kong y lo activa y divertida que es esa ciudad.
Muchas gracias por los buenos deseos de viaje que me dejaron en mi último post, y mis disculpas por estar desaparecida pero es que teníamos una sola laptop para 4 personas compartiendo Dial-Up por lo que la comunicación vía Internet estuvo limitada a minutitos por día.
Besos! :)
1 comment:
wow se escucha genial! dejaras ver las fotos....
la comida debe de haber sido maravillosa no?
Post a Comment